domingo, 27 de septiembre de 2009

Mucho hielo alrededor de la Antártida

La banquisa de hielo marino que rodea la Antártida desaparece casi por completo al final de los veranos australes pero alcanza una extensión de casi 20 millones de km2 (40 veces la de España) al final del invierno austral (es decir, ahora).

En 1979 se iniciaron las mediciones por satélite. La medición de la extensión del hielo marino es mucho más fácil de efectuar y más fiable que el de la temperatura media y que la del volumen y el espesor del hielo
continental.

El incremento del CO2 es el mismo en el Polo Sur que en el Polo Norte. Conviene recordarlo.

Este año la extensión de los hielos marinos (y se entiende por "extensión" el área oceánica en la que la superficie está congelada en más de un 15 %) lleva muchos meses por encima de la media del período 1979-2000 (en azul, en la figura de abajo).


lunes, 21 de septiembre de 2009

Artico azul y blanco



Un tema preferido de agitación propagandística suele ser en verano el deshielo del Artico. Este septiembre los medios se han exaltado y aparentan haberse escandalizado (veáse hoy mismo El País) porque dos mercantes noruegos de la compañía Beluga hubiesen podido navegar por la costa siberiana del Artico, desde Corea hasta Siberia, aprovechando el deshielo del final del verano. Acompañados, por si acaso, de dos rompehielos nucleares rusos, admitían y escribían algunos. Según una nota del presidente de la compañía naviera, Niels Stolberg, el tránsito por el paso del nordeste de dos cargueros de tal tamaño fue posible por la gran preparación y el magnífico trabajo de equipo de los capitanes y de su tripulación, así como de unas fiables predicciones meteorológicas. Pero si necesitaron del acompañamiento de dos formidables rompehielos rusos, aunque sólo fuese para hacerles compañía, no debió salirles barato el viaje.

La verdad es que deberíamos congratularnos por la hazaña tecnológica y reaccionar de forma opuesta a la desmoralización en la que continuamente los medios tratan de hundirnos (hundiéndose primero ellos). En el colmo del delirio verborreico, el diario británico Independent titulaba : “Un triunfo para el Hombre, un desastre para la Humanidad”.

Es verdad que, a diferencia del hielo marino invernal que rodea la Antártida, que tiende a aumentar, la tendencia en las dos últimas décadas del hielo veraniego en el Artico ha sido a disminuir. Es decir, que los mínimos han tendido a ser cada vez más bajos. Pero precisamente este año no ha ocurrido así. La publicación de la hazaña de los cargueros alemanes tapa lo que debería haber sido más noticiable: este verano del 2009 el hielo marino del Artico se ha encogido menos que el año pasado y el anterior. El Artico ha estado más blanco, menos azul. Arriba pongo los mapas del 19 de septiembre del 2007 y del 2009. Como se ve en la figura, en donde con colores morados se muestra la concentración del hielo, el paso del nordeste estuvo más impracticable entonces por una barrera entre Severnaya Zemlya y el continente, pero la extensión total del hielo marino era en la misma fecha bastante menor que la actual.

Ahora, a medida que se acorta el día y el Artico se sume en la oscuridad, las temperaturas de nuevo descienden muy por debajo de cero y los primeros metros de las aguas superficiales se congelan. La extensión de esta delgada cubierta de hielo marino, desde mediados de septiembre, aumenta. De hecho ha empezado ya a aumentar. Llegará a su máximo, de nuevo, a mediados de marzo, luego se reducirá y el ciclo, dirigido por el Sol, continuará.

ref. ArticoComparacion