sábado, 1 de mayo de 2010

Wcs1


Antes sus frigoríficos llevaban clorofluorocarbonos, CFC's (cloro-flúor-carbono), pero desde el Protocolo de Montreal, en 1989, en el que se dictaminó que el cloro que soltaban en la estratosfera era malo para el ozono y que  había que prohibirlos para salvar al Planeta, los productores se pasaron en gran medida a los hidrofluorocarbonos, HFC's (hidrógeno-fluor-carbono), sin cloro.







Pero resulta que estos gases tampoco son "buenos". Las moléculas de  HFC's tienen un poder de calentamiento (global warming potential) miles de veces superior a las moléculas de CO2. Por eso ahora, la Comisión Europea, —líder mundial en dictar leyes para la Salvación del Planeta— pretende imitar a la Coca-Cola y para salvarnos del tórrido calentamiento (la temperatura global no ha subido nada en este siglo) hace lo que mejor sabe hacer : prohibir. Va a dictaminar que los hidrofluorocarbonos de los frigoríficos domésticos estarán prohibidos en el 2015 y de los frigoríficos comerciales en el 2020.

Un triunfo para el CO2, pues solventados los problemas técnicos del compresor, es el gas refrigerante con más porvenir. Ni es tóxico, ni es inflamable, ni contamina. Da la chispa de la vida y es rabiosamente natural.

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